Todos la conocemos. De sobras. Se lo ha ganado a pulso, pues son muchos los años que lleva Belén Esteban siendo una de las caras más visibles del circuito mediático. Para muestra, su reciente fichaje por No somos nadie, el nuevo programa de Canal Quickie y TEN con el que regresa a la pequeña pantalla tras su breve paso por TVE como colaboradora del fallido La familia de la tele. El caso es que antes pasó por incontables espacios, véanse El programa de Ana Rosa, Sálvame –y su variante Deluxe– e incluso la tercera edición de GH VIP, donde resultó ganadora allá por el 2015.
En un vídeo de archivo, la entonces desconocida madrileña aparecía de la mano del torero, visiblemente nerviosa, en su debut en cámara durante una entrevista en el campo
Todos la conocemos. De sobras. Se lo ha ganado a pulso, pues son muchos los años que lleva Belén Esteban siendo una de las caras más visibles del circuito mediático. Para muestra, su reciente fichaje por No somos nadie, el nuevo programa de Canal Quickie y TEN con el que regresa a la pequeña pantalla tras su breve paso por TVE como colaboradora del fallido La familia de la tele. El caso es que antes pasó por incontables espacios, véanse El programa de Ana Rosa, Sálvame –y su variante Deluxe– e incluso la tercera edición de GH VIP, donde resultó ganadora allá por el 2015.
De ahí que su presencia en antena haya sido, en muchos casos, garantía de éxito. No obstante, nunca está de más recordar que hubo un tiempo en el que ‘la patrona’ –como ahora se ha hecho rebautizar– apenas se atrevía a articular palabra en público. Literalmente. Así lo demuestra un vídeo rescatado de 1997, en el que se ve a una jovencísima Belén en su primera aparición en televisión. Con rostro angelical y actitud vergonzosa, agarrada del brazo de Jesús Janeiro, Jesulín de Ubrique.
“A mí no me preguntes nada”
Las imágenes que muestran cómo fue el debut de una Belén aún desconocida
Las imágenes, tomadas en plena campiña, captan a la pareja en una entrevista tan distendida como reveladora. Ella, nerviosa, repite varias veces: “A mí no me preguntes nada, eh”. El torero, en tono bromista, la anima a contestar. La escena, vista hoy, cobra valor casi arqueológico dentro del archivo de la televisión rosa. Aquella joven que rehuía el foco acabaría convertida en uno de los rostros más reconocibles del medio.
Jesús, ya por entonces una estrella de masas, hace de puente entre la prensa y su pareja. Ella habla poco, pero con claridad: “Es muy buena persona”, dice sobre él. También admite con cierta gracia que es “muy celosa”, mientras él bromea con que no lo es en absoluto. La escena, que en su día pasó desapercibida, muestra el germen de una historia que marcaría un antes y un después en el corazón nacional.
Un amor que empezó a escondidas
El noviazgo secreto que dio paso a una de las parejas más mediáticas de los 90
Cuando esas imágenes se grabaron, ya llevaban un tiempo juntos, aunque su relación aún no era oficial. Se conocieron en 1995 y durante dos años mantuvieron su romance en la intimidad, lejos de flashes y titulares. Para cuando dieron el paso de mostrarlo públicamente, su vínculo era sólido, y su complicidad se dejaba ver incluso en ese tímido debut televisivo.
Con el tiempo, la historia dio un giro. Vinieron las portadas, los rumores, los celos, la convivencia en Ambiciones y, finalmente, la separación. Pero en aquel 1997, Belén todavía era ajena a lo que vendría. Su historia con Jesús parecía un cuento sencillo. Vivían juntos una juventud idealizada. Él en la cima de su carrera, ella aún sin saber que, en unos años, sería apodada por las calles como ‘la princesa del pueblo’.

Propias
“Hay gente con mucha mala leche”
El paso por Ambiciones y los primeros conflictos con la familia Janeiro que anticipaban el desenlace
En el mismo vídeo, al ser preguntada por la acogida de la familia Janeiro, Belén contesta: “Muy bien. Lo que pasa que hay gente con mucha mala leche”. La frase, dicha con media sonrisa, cobra otra dimensión al revisar lo que vendría después. Las tensiones con su entorno político, los rumores de deslealtad y una separación que estallaría en el año 2000.
Y es que solo tres años después, aquella joven que no quería hablar frente a cámara acabó protagonizando una de las rupturas más mediáticas de la televisión. Abandonó Ambiciones con su hija Andrea de ocho meses en brazos y con la prensa en la puerta. El idilio que comenzó como una historia discreta había terminado convertido en un culebrón que todavía colea.

YouTube/Otras fuentes
De tímida anónima a estrella mediática
Una trayectoria forjada en platós tras un primer paso que casi pasó desapercibido
Belén pisó un plató, ya sola, en junio del 2000. Fue con María Teresa Campos en Día a día, la entrevista que marcaría su entrada definitiva en el relato popular. Entonces ya no era una chica vergonzosa, sino una mujer decidida a contar su historia. Y lo hizo. Desde entonces, su figura ha estado siempre ligada a la televisión, con mayor o menor intensidad, pero sin desaparecer nunca del todo.
Han pasado casi tres décadas desde aquel “no me preguntes nada”. Y, sin embargo, ese momento sigue siendo clave para entender el fenómeno que vendría después. Aquel pequeño gesto, casi infantil, prefiguraba a la mujer que, sin buscarlo, acabaría tomando el control del relato y convirtiéndose en uno de los personajes más duraderos de la crónica social española.
Gente