Europa está sumida en un momento especialmente complejo, con numerosos frentes a los que da la sensación de que siempre llega en desventaja. Por eso, el liderazgo de Francia es vital. «Su inestabilidad no le conviene a nadie», resume Tajani Leer Europa está sumida en un momento especialmente complejo, con numerosos frentes a los que da la sensación de que siempre llega en desventaja. Por eso, el liderazgo de Francia es vital. «Su inestabilidad no le conviene a nadie», resume Tajani Leer
La situación política de Francia ha desatado la preocupación en Europa. Es más, «hay mucha preocupación«, detallan las diferentes fuentes diplomáticas consultadas por este periódico. La caída del primer ministro francés, François Bayrou, evidencia la debilidad política de Emmanuel Macron. Y lo hace en un «mal momento», con Europa sumida en un momento especialmente complejo y cuando el presidente de Francia está ejerciendo un importante liderazgo junto al canciller alemán, Friedrich Merz.
«Alemania no puede liderar en solitario«, inciden las mismas fuentes, mientras que desde otro país añaden que esta situación «no facilitará las cosas en la UE» aunque mantienen su «confianza en la estabilidad del sistema político francés». Es a lo que se agarran en Europa mientras los problemas se multiplican.
La guerra en Ucrania, el enfrentamiento con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la cada vez más evidente y fuerte alianza de Rusia con China, la atonía económica, la división sobre qué posición tomar en el conflicto de Gaza… La lista de frentes no hace más que crecer, y da la sensación de que Europa siempre llega tarde o, al menos, por detrás. Por eso, la vuelta del eje franco-alemán tras la llegada de Merz supone un clavo al que agarrarse. Pero si Macron tiene que concentrarse en su propia supervivencia y decidir si nombra un gobierno continuista, da un giro a la izquierda o incluso si convoca elecciones, esa referencia y liderazgo corren el riesgo de diluirse sobremanera.
«La inestabilidad en Francia no le conviene a nadie. Es un país importante, fundador de la Unión Europea, es una de las mayores economías europeas. La estabilidad sirve a todos: así como Italia representa una garantía en Europa gracias a la estabilidad política, un país igualmente importante que sea inestable corre el riesgo de provocar problemas», resumía ayer Antonio Tajani, vicepresidente del Gobierno Italiano y ministro de Exteriores, tal como recoge la agencia AdnKronos.
Y hay otra vertiente que en los países del norte no olvidan: el castigo que Francia ya está recibiendo por parte de los mercados financieros y que no hará más que agudizarse en los próximos días. «Independientemente de las implicaciones políticas, los mercados tendrán la última palabra. Sin duda, castigarán a Francia por un mayor caos y la parálisis en la solución de la deuda pública», apuntan desde las naciones más comprometidas con el control fiscal. Y lo hacen porque uno de los objetivos de Bayrou era acometer un duro ajuste de 44.000 millones para tratar de controlar un pasivo público que ya alcanza el 114% del Producto Interior Bruto (PIB) de Francia. Es el tercer dato más alto de la Unión Europea por detrás de los que arrojan Grecia e Italia, y por delante del dato de España.
La consecuencia que ya se puede constatar es que la prima de riesgo francesa está cerca de los 80 puntos básicos, superando también aquí a la referencia de España, y existe cierto temor a que en las próximas jornadas llegue a los 100 enteros. Esto sin duda se dejará notar en el rendimiento de la deuda del resto de países europeos. No es que se vaya a producir un efecto contagio y ponga en dificultades a otras naciones, pero no deja de ser una noticia negativa que la segunda potencia económica presente estos problemas.
Todo esto se produce, además, a las puertas de que el miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronuncie en el Parlamento Europeo su discurso sobre el estado de la Unión. A continuación, tendrá lugar el debate con los europarlamentarios, y ahí también saldrá a relucir la situación de Francia pero, sobre todo, se espera un duro intercambio en torno a la mencionada situación de Gaza.
La propia Von der Leyen ha evitado en numerosas ocasiones referirse a esta situación, muchos le afean su cercanía a Israel y las medidas que se han tomado en el seno de la UE han sido limitadas dado que las sensibilidades en este asunto son muy dispares y alejadas. Aquí, España está intentando retomar el liderazgo que perdió con el giro político que dio Europa tras las elecciones europeas, pero se antoja complicado que haya medidas contundentes.
Y también se abordará en Estrasburgo qué hacer ante Rusia y el 19º paquete de sanciones en el que ya trabaja la UE. Sobre esta cuestión, y volviendo al inicio del texto y al liderazgo franco-alemán, ambos países propusieron ayer que se apunte a Lukoil, la mayor compañía petrolera de Rusia. Además, París y Berlín quieren que se eleven las sanciones a terceros países y sobre los 250 bancos que, según ambas capitales, están implicados en transacciones dirigidas a dar apoyo bélico a Vladimir Putin.
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