Antes de su exitosa carrera como actor, Arnold Schwarzenegger fue toda una leyenda del culturismo, llegando a ganar siete veces el título de Míster Olympia en un periodo de diez años. Por ello, no es de extrañar que siga a rajatabla una estricta rutina alimenticia y de ejercicios para mantener su cuerpo en forma décadas después.
El actor ha hablado en varias ocasiones sobre su alimentación y sobre los cambios en su propio cuerpo
Antes de su exitosa carrera como actor, Arnold Schwarzenegger fue toda una leyenda del culturismo, llegando a ganar siete veces el título de Míster Olympia en un periodo de diez años. Por ello, no es de extrañar que siga a rajatabla una estricta rutina alimenticia y de ejercicios para mantener su cuerpo en forma décadas después.
No es la primera vez que la estrella del cine habla abiertamente de los trucos que utiliza en su día a día para sentirse bien por dentro y por fuera. Pero fue en su entrevista recogida por Men’s Health donde desveló uno de sus mayores secretos: las legumbres.

MARIO TAMA / AFP
“Me encanta desayunar las lentejas con cereales y verduras pero tengo más recetas. Las tomo a diario y en mucha cantidad”, confesó. Y es que no solo le gusta el sabor que le proporciona a sus comidas, sino que también le aporta lo necesario para poder mantener esos músculos.
Pero no es lo único que come por las mañanas. También se atreve con otro tipo de alimentos: “Mi desayuno favorito ahora es el yogur griego con granola. Pero tengo más recetas. También suelo comer huevos con verduras”.
Arnold Schwarzenegger no estaba satisfecho con su cuerpo cuando era culturista
Ahora se encuentra muy feliz con la vida que lleva y con el cuerpo que se ha labrado a lo largo de las décadas. Sin embargo, cuando era joven y estaba inmerso en el mundo del culturismo llegó a renegar de su físico al no sentirse cómodo ni satisfecho. Entre otras cosas, confesó en su documental de Netflix que se veía un “cuerpo de mierda” y quería conseguir mucho más.

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Pero fue esa insatisfacción lo que le hizo superarse, pese a que le afectó también de forma negativa. “Muchas veces pensaba que todo era una mierda. Es como el otro yo que quiero que el mundo no viera. En realidad, cuando estoy solo, lo miro y me digo a mí mismo: ‘Todavía no ha llegado. No está sucediendo”. Y eso creo que es lo que me hizo estar siempre al límite y siempre querer más, superándome’”, desveló.
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