Aunque se ha frenado la inflación en Argentina, a finales de 2023 los precios relativos ya habían subido tanto que los sueldos quedaron muy atrás y la gente sigue sin poder llegar a fin de mes Leer Aunque se ha frenado la inflación en Argentina, a finales de 2023 los precios relativos ya habían subido tanto que los sueldos quedaron muy atrás y la gente sigue sin poder llegar a fin de mes Leer
La mujer, en torno a los 50 años, se confesó con el dependiente de la verdulería: «No sé si este fin de semana le voy a dar de comer a mi familia. Estoy haciendo de goma la tarjeta de crédito». La conversación no se escuchó en una zona pobre del extrarradio de Buenos Aires, sino en una de las esquinas más codiciadas de Palermo, uno de los barrios más ricos de la capital argentina.
«Hacer de goma» la tarjeta es hacer magia, exprimirla al máximo para pagar lo que no se tiene. Con una contrapartida, la morosidad en el pago de las tarjetas llegó al 5%, el segundo nivel más alto en 15 años. Ser moroso en Argentina es todo un problema, porque, pese a que Javier Milei logró llevar la inflación anual ya por debajo del 30%, las tasas punitorias superan el 150%. Ahí se cruzan la economía real y la financiera, protagonista de un lunes negro tras la contundente derrota de La Libertad Avanza, el partido de Milei, frente al peronismo en las elecciones de la provincia de Buenos Aires.
Milei bajó la inflación, sin dudas. Y aunque un 2% mensual sería una catástrofe en casi cualquier país, es un alivio para los argentinos, que en la despedida del peronismo del Gobierno, en diciembre de 2023, vivieron con un 25% en un solo mes. Pero hay algo que fuera de Argentina no se termina de advertir con claridad: ese desmadre inflacionario de finales de 2023 e inicios de 2024, ya con Milei en el poder, instaló los precios relativos en niveles absurdos. Así, Buenos Aires se vació de turistas, porque corrió por el mundo el dato de que Argentina es un país caro. Y los argentinos vieron cómo sus ingresos quedaban desfasados de la realidad: los precios ya no aumentan a la misma velocidad, pero subieron tanto en su momento que hoy no hay manera de llegar a fin de mes. Es lo que le sucede a la señora que conversaba con el verdulero y a la mitad de los argentinos, según estudios difundidos en agosto.
La elección bonaerense, convertida en cruce del Rubicón por Milei, que le dio estatus nacional, tuvo un efecto impensado: hizo converger en un nivel similar de descontento y desconfianza a los mercados y a los ciudadanos, a la economía financiera y a la real. Los mercados coinciden con el sentir popular, y una serie de fenómenos confirman que el poder de Milei, construido sobre una combinación de hartazgo, asombro y temor, pierde fuerza.
La crueldad, celebrada por muchos en la primera etapa del Gobierno, ya no está de moda. El presidente debió decir públicamente que dejaría de insultar y denigrar a sus adversarios políticos o a cualquiera que osara cuestionarlo. Retacear el dinero -escasos millones de euros- para sostener el sistema de discapacidad mientras circulaban audios que revelaban que de ese mismo sistema se lucraban en el Gobierno con comisiones por la compra de medicamentos, fue devastador para la imagen del presidente, incapaz de reaccionar ante el escándalo. Ante la evidencia, periodistas televisivos que durante el primer año y medio de Gobierno fueron notablemente afines a Milei, comenzaron en los últimos días a abandonarlo y pedirle un cambio de actitud y de políticas.
Milei está aprendiendo a marchas forzadas que la política es una ciencia, no un meme en redes sociales. Pero si también la economía se le descalabra, el libertario no tiene de dónde sostenerse, porque llegó al poder como el hombre que sabía de economía, como el primer presidente economista.
Y la economía se está descalabrando. El peso se devaluó este lunes casi un 6%, el riesgo país rozó los 1.100 puntos, cuando en enero Milei había logrado bajarlo hasta los 500 puntos. Las acciones argentinas en Wall Street se derrumbaron un 20% y el banco de inversión Morgan Stanley anunció a sus clientes el retiro de la recomendación de compra de los bonos soberanos argentinos en dólares.
Milei reaccionó de forma inédita: convocó a una reunión de gabinete a primera hora de la mañana de este lunes y a otra por la tarde. La crisis es evidente, ¿pero significa esto que Milei está condenado a perder las elecciones de medio mandato del próximo 26 de octubre? No necesariamente: Buenos Aires concentra el 40% del padrón de votantes, pero el interior del país es sociológica y económicamente diferente, porque en la provincia de Buenos Aires el extrarradio de la capital argentina pesa de forma decisiva, y allí hay mucho descontento con el presidente.
Milei aún tiene una oportunidad, aunque ya puede olvidarse de su idea de «la libertad arrasa» y de ponerle «el último clavo al ataúd del kirchnerismo».
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