La UME se ha convertido en la joya de la Corona para combatir los incendios, los ciudadanos la despiden con aplausos en los pueblos, por lo que el PP no puede ganar el pulso con Margarita Robles Leer La UME se ha convertido en la joya de la Corona para combatir los incendios, los ciudadanos la despiden con aplausos en los pueblos, por lo que el PP no puede ganar el pulso con Margarita Robles Leer España // elmundo
A mediados de agosto del año 2006 -cuando la UME se estaba gestando- se produjeron en Galicia decenas de incendios forestales sin precedentes. Ante la gravedad de la situación, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, interrumpió sus vacaciones en Lanzarote para viajar a la comunidad gallega. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, le pidió que tomara el mando casi al mismo tiempo que el presidente volaba hacia Galicia.
«Vengo a asumir responsabilidades», declaró Zapatero y anunció que el Ejército se haría cargo del mando de la extinción de los incendios con el envío de miles de militares. El presidente participó en un gabinete de crisis junto al presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño. Tras regresar a su lugar de vacaciones, Alfredo Pérez Rubalcaba tomó su relevo. «Queremos -añadió el presidente- corresponsabilizarnos con el Gobierno de Galicia». Preguntado por las críticas de Rajoy sobre su indiferencia ante la catástrofe, Zapatero manifestó que la oposición tiene derecho a criticar, y subrayó que detrás de los incendios hay «actuaciones criminales» de quienes los provocan.
El repaso a esta hemeroteca permite concluir que el ambiente político en España -empezando por la dialéctica Gobierno-oposición- ha cambiado mucho. Para mal. Es verdad que, en aquel momento, el Gobierno central y el autonómico gallego eran del mismo partido.
¿Qué hubiera pasado si el presidente Pedro Sánchez se planta en Zamora, por ejemplo, para decirle a Alfonso Fernández Mañueco que le iba a enviar medios y efectivos del Ejército a miles para ayudar a la extinción de incendios nunca vistos? Aún más. Que quería celebrar un gabinete de crisis con el Gobierno regional del PP.
Ni siquiera podemos imaginarlo. Y ésta es la cuestión. Todo el mundo coincide en que la coordinación técnica de militares, agentes forestales, bomberos, Protección Civil, Ayuntamientos y voluntarios ha sido impecable sobre el terreno. En las alturas ya es otra cosa. El PP está dispuesto a culpar a Sánchez hasta de que amanezca torcido el día, sin considerar que las competencias de prevención y extinción del fuego son autonómicas. Y el PSOE mira a las elecciones de Castilla y León con los ojos del Ventorro. Aunque en Valladolid no se conoce ningún restaurante con ese nombre. Ni siquiera algo parecido.
El papel del Ejército en los fuegos de Castilla y León, Galicia, Extremadura y Asturias ha sido decisivo, igual que lo fue en el lejano 2006. Los miembros de la UME han sido despedidos en todos los pueblos con emocionadas ovaciones. Alberto Núñez Feijóo tiene perdido el combate que mantiene contra la ministra de Defensa a costa del papel del Ejército en la crisis de los incendios. La UME, aquel «capricho faraónico» de Zapatero -el PP dixit– se ha convertido en la joya de la Corona.
Los españoles valoran mejor a las Fuerzas Armadas que a la clase política . Y eso ya es mucho decir. La secuencia -explicitada por Robles en el Senado- de cuándo y cómo pidieron los presidentes autonómicos unos medios inéditos la noche del 15 de agosto, pocas horas después de que Feijóo lo exigiera públicamente, no deja lugar a dudas. Tampoco es cuestión de poner a parir a los presidentes de las autonomías castigadas por los incendios por pedir más medios, como hizo la directora general de Protección Civil.
Por lo demás, el Gobierno está tan apurado y con tanto miedo a los partidos que le dieron la mayoría de la investidura, que se conforma con dos de pipas. La reunión de la Diputación Permanente del Congreso, perfectamente prescindible, fue un alegrón para el PSOE. Los ministros lo celebraron con champán. Los socios los libraron de comparecer la semana que viene, como pedía el Partido Popular, porque comparecen la siguiente.