El entrenador del Madrid no lo incluyó como titular en el partido que el equipo blanco disputó ante el Oviedo en el Carlos Tartiere. Vinícius saltó al campo cuando faltaba media hora y en apenas esos 30 minutos vio una tarjeta amarilla por simular una caída dentro del área, dio una asistencia a Mbappé para que marcara el segundo gol, anotó el tercero, se puso a gritar y su compañero Kylian debió taparle la boca, increpó a la grada del estadio y acabó insultando a la afición haciendo con los dedos el gesto de “A Segunda División” mientras el público coreaba otra vez un cántico ya clásico con Vini: “Tonto, tonto”. Es difícil hacer más (mejor y peor) en tan poco tiempo. El polémico futbolista brasileño lo resumió al final con una frase: “Yo soy así”. Y como dice la canción, aunque él no lo diga, “y así seguiré, nunca cambiaré”.
El entrenador del Madrid no lo incluyó como titular en el partido que el equipo blanco disputó ante el Oviedo en el Carlos Tartiere. Vinícius saltó al campo cuando faltaba media hora y en apenas esos 30 minutos vio una tarjeta amarilla por simular una caída dentro del área, dio una asistencia a Mbappé para que marcara el segundo gol, anotó el tercero, se puso a gritar y su compañero Kylian debió taparle la boca, increpó a la grada del estadio y acabó insultando a la afición haciendo con los dedos el gesto de “A Segunda División” mientras el público coreaba otra vez un cántico ya clásico con Vini: “Tonto, tonto”. Es difícil hacer más (mejor y peor) en tan poco tiempo. El polémico futbolista brasileño lo resumió al final con una frase: “Yo soy así”. Y como dice la canción, aunque él no lo diga, “y así seguiré, nunca cambiaré”.Seguir leyendo…
El entrenador del Madrid no lo incluyó como titular en el partido que el equipo blanco disputó ante el Oviedo en el Carlos Tartiere. Vinícius saltó al campo cuando faltaba media hora y en apenas esos 30 minutos vio una tarjeta amarilla por simular una caída dentro del área, dio una asistencia a Mbappé para que marcara el segundo gol, anotó el tercero, se puso a gritar y su compañero Kylian debió taparle la boca, increpó a la grada del estadio y acabó insultando a la afición haciendo con los dedos el gesto de “A Segunda División” mientras el público coreaba otra vez un cántico ya clásico con Vini: “Tonto, tonto”. Es difícil hacer más (mejor y peor) en tan poco tiempo. El polémico futbolista brasileño lo resumió al final con una frase: “Yo soy así”. Y como dice la canción, aunque él no lo diga, “y así seguiré, nunca cambiaré”.

AFP
Vinícius sustituyó a Franco Mastantuono, el fichaje argentino del Real, que mejoró el juego blanco en la primera parte. El Madrid siempre ha sido mejor con Franco. El Oviedo, sin embargo, superó al equipo de Xabi Alonso en la segunda parte, pero la entrada de Vinícius fue letal. Con un par de acciones y los espacios que dejaba el once asturiano el Real ganó el partido fácil (0-3) no sin antes alimentar la polémica arbitral con un par de jugadas poco claras que favorecieron a los blancos. El barcelonismo anda con la mosca tras la oreja después de la remodelación arbitral de esta temporada y que la televisión blanca haya dejado de hacer especiales contra los colegiados. ¿Cuál es el precio del silencio? Pero lo que todavía sigue en duda en Madrid es si Vinícius debe seguir en el club o es un jugador transferible.
La actitud del futbolista brasileño del Real le perjudica a él, y también al Madrid institución
El presidente Florentino Pérez nunca ha tenido (ni parece que tiene) ganas de traspasarlo porque sabe lo rentable que es en el campo para ganar los partidos. Pero hay dos problemas colaterales: la presencia de Mbappé (¿quién es el líder de este Madrid?) y la imagen del club con un jugador que acaba con todas las aficiones en contra. El meta del Oviedo, lo comentó al final del encuentro: “Vinícius tiene un problema social”. Nunca había jugado en Oviedo, no había cuentas pendientes, no era necesario insultarlos con el gesto de “a Segunda”. Hasta el meta blanco Courtois se mostró algo molesto.
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El Madrid tiene un problema más grande que el que tiene el propio Vinícius. La mayoría de aficiones de los campos españoles ve al Madrid como un segundo equipo, pero está generando demasiadas antipatías con la actitud de un Vinícius insoportable. Es posible que sea el momento para que el Barça reaccione y se posicione como un club más simpático para el público rival, como fue con Iniesta. Pero cambiar ese 70-30 de afición Madrid-Barça en España es una tarea de titanes.
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