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Durante los Juegos Paralímpicos de París 2024, el nombre de Elena Congost saltaba a los medios de todo el mundo. La maratoniana había realizado una carrera impecable y cruzaba la meta en tercera posición. Iba a colgarse su primera medalla desde Río 2016. Sin embargo, la alegría se convirtió en incredulidad tras ser descalificada por los jueces. A escasos metros de la meta, su guía sufrió un calambre y, al tratar de evitar su caída, Elena soltó la cuerda que los unía durante unas décimas de segundo. Ese gesto de ayuda, tan instintivo como humano, le privó del triunfo por el que llevaba años trabajando.
“Para nosotros fue un golpe, habíamos preparado mejor que nunca esa competición”, recuerda Roger Esteve, su entrenador. ¿Cómo se afronta una situación así? Pese a la dureza del momento, su marido, Jordi Riera, resalta la importancia de la serenidad: “No puedes hacer nada más que abrazarla y estar tranquilo: lo ha dado todo”. Es en estos momentos cuando la deportista, la persona, demuestra su grandeza. “Nos veíamos con la medalla”, confiesa Elena. Pero tras la desilusión surge la certeza de haber hecho lo correcto: “A veces, un gesto vale más que un metal”, reconoce la atleta.

“Al final, con lo que me quedo es con irme tranquila a dormir sabiendo que he hecho lo que tenía que hacer”, destaca la atleta catalana
Porque hay algo que Elena tiene muy claro: «los valores van por delante de cualquier premio económico o cualquier podio”. Valores que comparte con CaixaBank, una entidad que la ha respaldado durante su trayectoria y que está totalmente implicada con el deporte paralímpico. Gracias a su aportación directa al Plan ADOP, muchos atletas como Elena pueden contar con una beca, acceso a servicios médicos y fisioterapéuticos, y las condiciones necesarias para centrarse en el entrenamiento y la competición.
Y este compromiso va más allá de lo económico. CaixaBank impulsa el reconocimiento de estos deportistas como lo que realmente son: deportistas de élite. Elena se identifica con ese espíritu inconformista que inspira a toda una generación de atletas. Porque si algo demuestra su historia es que el verdadero triunfo no está solo en colgarse una medalla o en batir una marca: “Al final, con lo que me quedo es con irme tranquila a dormir sabiendo que he hecho lo que tenía que hacer”.
Alianza con el Comité Paralímpico Español
CaixaBank actúa como facilitador, generando oportunidades para que los deportistas puedan cumplir sus metas deportivas sin renunciar a sus valores.
La importancia del apoyo
La historia de Elena es una más de las que demuestran que, con el respaldo adecuado, no hay barreras que impidan soñar ni talento que pase desapercibido.
Los valores
El enfoque vital de Elena Congost, basado en aceptar lo propio y convertirlo en fortaleza, conecta con lo que promueve CaixaBank: autenticidad, esfuerzo y superación sin disfraces ni paternalismos.
Inspiración para todos
Desde el Plan ADOP hasta la visibilización activa de los atletas, CaixaBank crea vínculos, genera oportunidades y promueve referentes que inspiran a la sociedad.
Desde pequeña, Elena ha aprendido a ver la vida a su manera. Su discapacidad visual, una degeneración del nervio óptico de nacimiento, ha marcado su propio crecimiento personal. “Muchas veces me preguntan cómo veo”, explica. “Pero para mí la forma en que veo es la única manera que conozco, es mi realidad”. En la infancia es fácil sentirse diferente por tener una discapacidad. Sin embargo, para Elena el deporte se convirtió en la mejor vía para ganar confianza. “El hecho de destacar en algo, en una actividad deportiva, y que tus compañeros te admiren hace que te sientas muy bien”, recuerda.
La historia de Elena no es la de alguien que se sobrepone a una limitación, sino la de una deportista que, como tantas otras, ha convertido su realidad en una motivación para seguir creciendo. Su testimonio demuestra que, en el deporte, no existen barreras, solo objetivos que conquistar. El esfuerzo y la perseverancia están en el corazón de su trayectoria. También el valor de sentirse reconocida, querida y acompañada.

“Yo he aprendido de Elena la capacidad de lucha, de darlo todo por un objetivo”, señala Jordi Riera, el marido de Elena
Ese acompañamiento es, precisamente, la base del éxito deportivo. El apoyo de su pareja y de su entrenador han sido fundamentales para superar los desafíos que plantean tanto el deporte como la vida. “De Elena he aprendido la capacidad de lucha, de darlo todo por un objetivo, del compromiso”, observa su esposo. Igual de importante es la presencia de quien la impulsa a dar más en cada carrera, en mejorar cada día. Como dice su entrenador, Roger Esteve, “la disciplina y la implicación son las señas de identidad de Elena”.
Está claro que esta red de apoyo potencia el rendimiento de una atleta de élite, además de reforzar su bienestar y su motivación diaria. Y ese mismo espíritu de acompañamiento es el que define el compromiso de CaixaBank con el deporte paralímpico. Porque el éxito no se construye solo y detrás de cada meta alcanzada hay un trabajo compartido, una apuesta por la inclusión real.
La vida de un deportista es ante todo la vida de una persona y en ella no dejan de surgir desafíos. Hace unos meses, a Elena le diagnosticaron un cáncer que, lejos de detenerla, ha reforzado su espíritu de lucha. “Ahora estamos transitando una maratón que es un tratamiento”, explica. Una vez más, el apoyo de los suyos es su mayor impulso. “Yo creo que la pareja es ya un equipo en sí”, afirma Jordi, “y cuando tienes familia y niños, ese equipo trabaja conjuntamente, codo con codo”.
Un proyecto de vida compartido en el que también se asoma otro reto mayúsculo en el horizonte: alcanzar la final de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028. “El deporte siempre ha sido mi vitamina”, expresa Elena y “también mis hijos ayudan porque quiero que vean mi camino”. Después de lo sucedido en París, la motivación es mayor si cabe. “Nos merecemos dar todo por esa meta”, afirma Elena.
En cada zancada de Elena Congost hay una historia de esfuerzo y perseverancia. Una historia que CaixaBank comparte desde la acción, acompañando a quienes rompen sus límites e, incluso, los redefinen. Porque impulsar el deporte paralímpico es también apostar por una sociedad más diversa, más fuerte y más justa, donde cada persona pueda alcanzar su mejor versión sin renunciar a su identidad.
Como Elena, CaixaBank cree en los retos como oportunidades. En el valor de avanzar cuando todo invita a parar. En que las metas no se miden solo en podios, sino en la capacidad de inspirar, de resistir y de seguir creyendo. ¿Y la discapacidad? “Eso es otra historia”, afirma Elena. Una historia de superación y del poder que da sentirse acompañada.
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