Guillermo del Toro es uno de los cineastas más aclamados y reconocidos del séptimo arte. El guionista y productor mexicano, de 60 años, ha logrado construir una sólida trayectoria marcada por obras tan populares como Mimic, El laberinto del fauno, Pacific Rim o la galardonada La forma del agua.
El ginesta está a punto de estrenar en cine su versión del clásico de Mary Shelley, ‘Frankenstein’
Guillermo del Toro es uno de los cineastas más aclamados y reconocidos del séptimo arte. El guionista y productor mexicano, de 60 años, ha logrado construir una sólida trayectoria marcada por obras tan populares como Mimic, El laberinto del fauno, Pacific Rim o la galardonada La forma del agua.
Ahora, el cineasta suma una nueva joya cinematográfica a su filmografía: Frankenstein. Una nueva propuesta del clásico de Mary Shelley que promete no dejar indiferente a nadie. La nueva película llegará a los cines el próximo 24 de octubre y pocos días después, concretamente el 7 de noviembre, estará disponible en el catálogo de Netflix.

RICCARDO ANTIMIANI / EFE
La cinta está protagonizada por Oscar Isaac, quien se pone en la piel de Victor Frankenstein, acompañado por Jacob Elordi como la criatura y Mia Goth en el papel de Elizabeth. La expectación es máxima, por lo que esta nueva versión del clásico gótico Del Toro se posiciona como una de las obras más destacadas del año. De hecho, la película suena con fuerza para alzarse con el León de Oro en la 82.ª edición de la Mostra de Venecia, cuya gala de premiación tendrá lugar este próximo sábado, 6 de septiembre.
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Con motivo del lanzamiento de la película, unas antiguas declaraciones del cineasta han vuelto a cobrar relevancia. Se trata de una entrevista en la que el director de cine hablaba de manera clara y contundente sobre lo que para él significan el éxito y el fracaso.
»El fracaso y el éxito viven en la misma vecindad, son dos puertas que no tienen marca y no sabes a quién le vas a tocar. Yo he tenido películas que he dicho ‘esta va a ser la bomba’. Con El laberinto del fauno me acuerdo claramente de estar hablando en el aeropuerto con Cuarón, que en ese momento estaba en Nueva York. Me bajé del vuelo con una cinta de la película y le dije ‘te voy a enseñar la película porque es impresentable, pago lo que costó, denme tiempo pero no puedo sacar esta película»’, contaba.
»Fui con el disco duro a un hotel del Soho y se lo conecté a la televisión. Me fui al vestíbulo y cuando regresé a la habitación estaba Alfonso llorando. Le dije ‘estás llorando de lo mala que es’ y me dijo ‘es buenísima’, es decir, nunca saber», concluía.
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