Tras empezar en Italia y pasar ayer por Francia, donde ganó Ben Turner al sprint, la Vuelta llega a Catalunya. Hasta tres etapas pasarán por carreteras catalanas pero la única íntegra es la contrarreloj por equipos de Figueres, de 24 km, la primera gran jornada subrayada para que haya diferencias entre los candidatos al triunfo final. Pero para un ciclista de Llofriu será una jornada muy especial. Joel Nicolau (Caja Rural) será profeta en su tierra ya que se ganó el derecho de llegar a casa como líder de la montaña.
El ciclista catalán del Caja Rural vestirá en Figueres el maillot de lunares, mientras Vingegaard cede el rojo antes de la CRE
Tras empezar en Italia y pasar ayer por Francia, donde ganó Ben Turner al sprint, la Vuelta llega a Catalunya. Hasta tres etapas pasarán por carreteras catalanas pero la única íntegra es la contrarreloj por equipos de Figueres, de 24 km, la primera gran jornada subrayada para que haya diferencias entre los candidatos al triunfo final. Pero para un ciclista de Llofriu será una jornada muy especial. Joel Nicolau (Caja Rural) será profeta en su tierra ya que se ganó el derecho de llegar a casa como líder de la montaña.
Mientras para una gran estrella de un equipo top subir puede ser un engorro, para otro ciclista de una estructura más modesta estar un día en el podio puede ser una fiesta. El ciclismo está así de repartido. Mientras Jonas Vingegaard, dos veces ganador del Tour, prefirió ceder el maillot rojo antes de la CRE y regalárselo al francés David Gaudu, Nicolau peleó mucho en los tres puertos de montaña para vestirse con el jersey de lunares azules. Son dos mundos.
Un éxito para el chico de l’Empordà, de 27 años, que se aseguró vivir dos jornadas seguidas como el rey de la montaña. El jueves, camino de Pal, con cuatro puertos, dos de Primera, ya se verá.
Pero lo que ya nadie le quitará a Nicolau es correr en su tierra, cerca de sus paisanos, con el distintivo, bien diferenciado, y poder darse un baño de masas en la salida y en la meta de Figueres. Demostrando la buena salud de la cantera y los nuevos talentos que salen en el ciclismo catalán, que el año que viene tendrá a Pau Miquel en el Bahréin (recién fichado del Kern Pharma) y a Adrià Pericas en el UAE, tras subir del equipo desarrollo.
Nicolau lo persiguió y se salió con la suya al meterse enseguida en la escapada de la cuarta etapa, que salía de Susa, en Italia, y acababa en Voiron, Francia. El ciclista del Caja Rural, que ya participó en la Vuelta del 2023 y fue undécimo en La Laguna Negra, ya tenía dos puntos en su poder desde que se metió en la fuga de la primera etapa de esta edición. Ayer coronó en cabeza Exilles (de tercera categoría) y fue segundo en el Col de Montgenèvre y también en el Lauteret.
A falta de 90 km para la meta, el pelotón le neutralizó a él y a sus cuatro compañeros de aventura, pero Nicolau ya tenía el trabajo hecho.
A Vingegaard le quedaba el suyo. El gran favorito, Jonas Vingegaard tenía la intención de perder voluntariamente el liderato para no salir de rojo en la crono. Antes se decía que salir el último era lo ideal para conocer todas las referencias pero las nuevas teorías del ciclismo hablan de textura, telas y buzos aerodinámicos. La marca Santini es la que confecciona los maillots de líderes de las diferentes clasificaciones en la Vuelta y los ajustan al máximo a los portadores. Pero eso les parece poco al Visma.
“Quieren que use el del equipo, que es más rápido”, deslizó el danés, que para ello se desentendió en el sprint. Entró el 42.º, diecisiete posiciones después que Gaudu, que gracias al puestómetro se enfundaba de prestado el maillot rojo. El Groupama, su equipo, como el Caja Rural de Nicolau, estaban encantados.
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