MotoGP y el mundo de las motos asiste extasiado al fenómeno Márquez, extraordinario, nunca visto en el deporte de élite: dos hermanos de Cervera compiten al máximo nivel, la clase reina del Mundial, se disputan el título, rivalizan por victorias, comparten podios, y celebran alegrías y éxitos, como sucedió este domingo en el Circuit de Barcelona-Catalunya, donde Àlex ganó la carrera dominical del Gran Premi de Catalunya a su hermano Marc tras un intenso duelo a 24 vueltas.
Àlex y Marc bailaron sobre las vallas ante sus seguidores y acabaron lanzándose globos de agua en el garaje
MotoGP y el mundo de las motos asiste extasiado al fenómeno Márquez, extraordinario, nunca visto en el deporte de élite: dos hermanos de Cervera compiten al máximo nivel, la clase reina del Mundial, se disputan el título, rivalizan por victorias, comparten podios, y celebran alegrías y éxitos, como sucedió este domingo en el Circuit de Barcelona-Catalunya, donde Àlex ganó la carrera dominical del Gran Premi de Catalunya a su hermano Marc tras un intenso duelo a 24 vueltas.
Ni el aplazamiento de la coronación de Marc, hasta al menos el GP de Japón (27-28 septiembre) privó a los dos hermanos de celebrar por todo lo alto, conjuntamente, el podio compartido en su circuito de casa.
La fiesta de celebración comenzó en la vuelta de honor, tras cruzar ambos la línea de meta. Marc Márquez se paró en la pista ante su grada de animación, en la zona del Estadi, y se dirigió hacia sus seguidores a darles las gracias y a festejar su segundo puesto.
Al pasar con la moto Àlex, el hermano mayor le hizo reverencias ante el estruendo de las tribunas. El pequeño se sumó a la fiesta que había ya montado Marc. Los dos se subieron a las vallas de protección (de neumáticos), con dificultades, ya que se hunden ante el peso de los pilotos, y allí saltaron y bailaron con sus aficionados, los de rojo y los de azul (que comparten tribuna).
Al completar la vuelta y llegar a los boxes, continuó la celebración en el podio, esta vez de manera más controlada. Recibieron los respectivos trofeos de las autoridades, el presidente del Parlament y el presidente de la Generalitat de Catalunya, atendieron a los medios y al acabar sus compromisos se entregaron a la fiesta loca con sus equipos en los garajes.
Àlex se divertía saltando su moto como si fuera un atleta de salto de obstáculos, ante la algarabía de su equipo Gresini, bailaba con la música del Equipo A con sus mecánicos, su padre, Julià, su madre, Roser, y su novia, Gabriela Guzmán, y corría el Prosecco en el garaje.
A continuación llegó Marc y ya se acabó de liar. Saltando y bailando, gritando y cantando, los hermanos se desmelenaron con una guerra de globos de agua que se cruzaban los miembros de los dos equipos, rojos y azules, sin distinción. Mientras, Marc y Àlex se hermanaban en un corro improvisado de saltos y gritos celebrando su podio compartido, el primero que festejan en Montmeló, y el sexto esta temporada (ya compartieron podio en Tailandia, Argentina, Aragón, Mugello y Sachsenring).
Próxima estación: la celebración del título de Marc Márquez, su novena corona mundial, probablemente en Motegi (Japón).
Deportes