«Hay 21 modelos autonómicos distintos y ni siquiera se comparten los sistemas de comunicación», explican bomberos de tres colectivos, que piden una normativa unificadora como la que propone el PP Leer «Hay 21 modelos autonómicos distintos y ni siquiera se comparten los sistemas de comunicación», explican bomberos de tres colectivos, que piden una normativa unificadora como la que propone el PP Leer España // elmundo
Los aproximadamente 180 cuerpos de bomberos de toda España, donde hay «21 modelos autonómicos diferentes» de protección civil y extinción de incendios -«uno por cada comunidad y cinco en las Islas Canarias, donde se riza el rizo: uno por cabildo»-, usan incluso «distintos sistemas de comunicación y hasta diferentes estándares de dotaciones», cuenta a EL MUNDOJosé María Monzón, de Comisiones Obreras (CCOO). «Así, ni se pueden comunicar entre ellos, ni tampoco las autoridades de los lugares colindantes saben qué llevan en el camión y qué no… Y así, lógicamente, no se puede trabajar».
«Nos pasó hace unos días», explica Israel Naveso, presidente de la Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales, y bombero en la Comunidad de Madrid: «Estábamos en pleno incendio de Igüeña [León], nos teníamos que comunicar con otro coche y no había manera».
En la reciente dana de Valencia, «dada la absoluta descoordinación entre instituciones», explica Naveso, los bomberos del Aeropuerto de Manises no pudieron unirse a los contingentes de ayuda con sus vehículos profesionales, «que tienen una capacidad enorme, muchos mayor que los demás, porque si se enfrentan a un fuego es de grandes dimensiones». Al final, «estos compañeros participaron en los trabajos, pero a título personal».
Y todo así. Los bomberos de Béjar, Salamanca, no actuaron en el incendio de Jarilla, Cáceres, a 15 minutos de su base. Motivo: «Nadie de la Junta de Castilla y León lo solicitó».
No será necesario continuar. España, el país de países. Si cada español alberga un seleccionador nacional de fútbol, cada pueblo, ciudad, municipio y comunidad tienen un cuerpo de bomberos diferente del que posee el vecino. Y, salvo que se declare el nivel 3 de emergencia, lo que obliga al Ministerio de Interior a mandar sobre todos ellos, no hay nadie al volante general. Nadie les coordina. Ni preventivamente, acerca de qué llevar en sus camiones, ni sobre el terreno, cuando el fuego destroza pueblos y vidas.
El Partido Popular, por boca de Alberto Núñez Feijóo, proponía ayer en su «plan integral» de 50 medidas contra los incendios «una nueva Ley de Coordinación de Servicios de Gestión de Incendios y Salvamento». La norma para la que nació hace 10 años la Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales, explica Israel Naveso, «fue la Ley Marco de Bomberos Profesionales», donde «se intentaba dar un estatus común a todos los que hay en España», explica. «Nuestro borrador fue en el programa de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos… Pero en cuanto empezaron a gobernar se olvidaron de él. Ahora igual se acuerdan: hay pueblos que se han quedado completamente desprotegidos y ha quedado claro que la burocracia mata», dice.
«Pero es que hay mucho camino que recorrer», interviene Rafael Moro, ex director de Bomberos y Protección Civil de Alcorcón y actual vicepresidente de la Asociación Española de Lucha Contra el Fuego: «Por ejemplo, la ONU tiene unos estándares para certificar equipos, para sintetizar en códigos los equipamientos, pero apenas se usan. A veces, es difícil discernir qué recursos se necesitan en cada incendio, si no los conoces. La salida de cada equipo de bomberos es diferente en cada ciudad, cada provincia y cada comunidad autónoma, por eso no se sabe qué hay en cada sitio. Tendrían que crearse categorías iguales para todo el país. ¿Si es realista una coordinación a nivel de toda España? Bueno, ahora mismo es difícil la coordinación dentro de cada misma provincia, imagínate a nivel español». Moro cree que el nivel de emergencia 3 «debió ser activado automáticamente» en esta crisis, «porque se justificaba por la gravedad de los incendios», y se enfada al mencionar «la cantidad de recursos del Ejército que debieron ser activados y no lo fueron».
A José María Monzón, de la Coordinadora Estatal de Bomberos de FSC-CCOO, se le llevan los demonios: «La fragmentación es absoluta, no hay un marco estatal y el fracaso es total. En el centro, como tantas veces, está la política: las comunidades no quieren reconocer que no tienen medios, o no quieren dejar que el Estado central tome la responsabilidad, o lo que sea», explica -Cataluña y País Vasco suelen negarse a permitir que Madrid tome el control-.
Sigue Monzón: «A ver, en el Parlamento se tramitó una Ley de Coordinación de Bomberos Públicos, pero el Gobierno la tiene parada. Nosotros hicimos llegar nuestras enmiendas a Sumar por medio de IU, y se hicieron cargo de ellas, pero la ley está paralizada. Lo que nosotros proponemos es que se articule con base en la ley, ya existente, del Sistema Nacional de Protección Civil, que data de 2015, y no dejar esto a expensas del color político de cada comunidad autónoma».
Lo que se propone desde CCOO es «un sistema de semáforos que va descargando la responsabilidad», y que «ya existe en niveles más bajos, pero que hay que llevar a una coordinación central… No puede ser que los bomberos de Madrid no puedan pasar a Toledo, y que seamos siempre actores pasivos de la trifulca política de turno… No podemos arreglar lo que los políticos no hacen, y da lo mismo unos que otros: en Valencia, por ejemplo, Mazón se cargó la coordinación de los bomberos forestales con los urbanos».
Israel Naveso finaliza: «Hay que dar uniformidad a la garantía jurídica: que los bomberos de un sitio que trabajen en otro estén cubiertos a nivel de responsabilidad». No tiene excesiva confianza en los políticos: «Hemos pedido a Protección Civil reuniones muchas veces, pero sin respuesta… Luego escuchas a esta mujer, [Virginia] Barcones [directora de Protección Civil], decir las sandeces que dice: no tienen ni idea de cuántos bomberos hay, ni tienen idea de lo que manejan… Es lamentable».