La Vuelta del UAE está llena de contrastes. Pasan de un extremo a otro en un mismo día. Y no es la primera vez que les sucede en estas diez etapas. Es imposible saber si están muy cabreados o muy felices. Llevan cuatro victorias de etapas y son tercero de la general con João Almeida pero la imagen del equipo está en entredicho con la guerra que se ha desatado, ya con luz y taquígrafos, a la vista de todos, entre la estructura y Juan Ayuso.
El australiano es más fuerte que Castrillo en Larra-Belagua, donde Almeida ataca y Traen pierde el liderato
La Vuelta del UAE está llena de contrastes. Pasan de un extremo a otro en un mismo día. Y no es la primera vez que les sucede en estas diez etapas. Es imposible saber si están muy cabreados o muy felices. Llevan cuatro victorias de etapas y son tercero de la general con João Almeida pero la imagen del equipo está en entredicho con la guerra que se ha desatado, ya con luz y taquígrafos, a la vista de todos, entre la estructura y Juan Ayuso.
Jay Vine hace lo que le gustaría hacer a Ayuso. Le dan libertad, va líder de la montaña y tiene unas piernas espectaculares no solo para filtrarse en las escapadas, sino para dominarlas, seleccionarlas y rematarlas. El australiano está en su salsa, mientras a Ayuso se le llevan los tormentos. Como en un juego de niños, Vine fue el más fuerte de la fuga en la estación navarra de Larra-Belegua y, como ya hizo en el 2022, hizo doblete. Ya había ganado en Pal, en otro final en alto, también escapado, siempre al ataque, despreocupado de lo que sucede por detrás, entre los favoritos.
Ni siquiera le planta cara Pablo Castrillo, ciclista revelación de la Vuelta del año pasado, cuando ganó dos etapas. Esta vez no está tocado por la varita. Se marcha en solitario pero Vine le alcanza, le rebasa y le derrota con un cambio de ritmo. A Castrillo, ahora en el Movistar, que hace cuatro años que no levanta los brazos en la Vuelta, no le queda más que consolarse con la segunda plaza y la promesa de que lo volverá a intentar.
Ayuso y Bjerg preparan el ataque de Almeida pero, lejos de hacer daño, el único que lo sufre y lo paga es Traen
En el grupo de elegidos, el UAE tiene ganas de que se hable de ellos bien y Ayuso tira medio kilómetro, hasta que Bjerg le releva, para preparar la ofensiva de Almeida. Dos ataques lanzó el portugués en la última subida y a ambos respondió bien Vingegaard, a diferencia de Traen, el líder, que se queda en la primera aceleración y penará durante los últimos 7 kilómetros.
Esta vez no está Kuss y Tulett, los dos Visma que le rescataron en Valdezcaray para evitar que Vingegaard cogiese el maillot rojo. Primero a Traen le ayuda su compañero Haig, después intenta apoyarse en Otruba, del Caja Rural, también quiere engancharse a Bernal cuando le adelanta y acaba siendo tirado por los Astaná de Fortunato.
Pero no hay una segunda vida extra y no puede aguantar el maillot rojo. Entre los favoritos, entre los que hay que empezar a tener en cuenta a Pidcock, no hay distancias. La única diferencia será que Vingegaard vuelve a ser líder, por tercera vez en esta Vuelta. Hasta ahora ha intentado huir de esa responsabilidad pero el rojo siempre le acaba volviendo.
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